sábado, 17 de septiembre de 2011

Olores, pensamientos y momentos.

Es increible como un olor puede provocar una inmovilización facial en cuestión de milésimas de segundos y una transportación a otro lugar. Ayer concretamente pasé de estar en el patio de mi residencia liejense a "el baño de los chicos", en casa, en Cruces, en una de esas noches, muy comunes por cierto, en las que mi hermano sale de fiesta y deja todo impregnado de su colonia. Las garras de la nostalgia me han arañado, no demasiado profundamente, por primera vez.

Ayer... ayer fue una noche rara, quizás es que realmente mi mente y la de la señorita rubia de la foto de ahí abajo estén conectadas, ya que tenemos un historial de momentos en los que nos pasa algo así.
Y entonces me jode, me jode no estar ahí, aunque realmente no estoy tan ahí fisicamente, seguimos con el problema de la distancia, pero esta vez es un poco más radical. Y me jode... Me jode no tener tiempo para estar hablando de lo que necesitamos hablar siempre la una con la otra. Me jode no tener tiempo. Bueno, la rutina llegará pronto. Hasta entonces quiero verte tal como eres, con esa sonrisa y esos ojos que, como mi ama dice, lo dicen todo.

Por lo demás... nos vamos a Ikea =)

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