lunes, 29 de octubre de 2012

El tiempo pasa...

... y la vida que una vez pensé infinita, llegó a su fin.

          Se terminó el olor a gofre por la calle, ya no me despiertan las campanas de la catedral, ya no hay más Bélgica. La vuelta a Bilbo ha sido buena. Bilbao siempre será mi dulce hogar. Y dejando a un lado mis problemas académicos -no quiero rayaros con horarios, expectativas pesimistas y  profesoras desagradables-, todo ha vuelto de una manera bastante cálida a la normalidad.

        Una normalidad... cambiante.

        Es interesante como las cosas cambian. Tengo la costumbre de hablar de hace dos años como si del año pasado se tratase. Para mi los 10 meses de Erasmus han sido un sueño, una vida paralela. Para el resto de la gente... un año más. Y me gustaría que pensarais en lo mucho que cambia todo en cuestión de un año. Cambios con los que me he topado y me han dado en la cara.

       Cambiamos nosotros, cambia la gente, cambian los hábitos, cambian las necesidades. Y hay que tomar las medidas necesarias para volver a nuestro equilibrio interior. Aunque cueste despedirnos de las cosas.

      Y quizás lo que más nos cueste aceptar en realidad es... que seamos libres. Yo hace tiempo me di cuenta de que... no hay una cadena, solo somos eslabones. Quizás un dia te encuentres en la cadena más maravillosa de mundo, pero seguramente dentro de unos años, te des cuenta de que aquél no era tu lugar. O no es tu lugar en el "yo" de ahora.

       "Yo"s que se metamorfean en la realidad. 

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Me gustaría seguir dándole vida a este blog, con cualquiera de los muchísimos temas que me interesan. Pero sé que soy una persona poco constante con cosas que no considero "obligatorias". Así que seguiré con intentos fallidos de ser constante :)