En el tren Bruselas-Lieja después de una gran noche de fiesta. Jerseys, botas y gorros de lana son necesarios ya. Elephant Gun suena en mi cabeza mientras miro por la ventana, quedándome medio dormida. Veo verde, un verde madrugador, un verde parecido al que estoy acostumbrada a ver, ese verde que me queda a tantos kilómetros de aquí. Entonces pienso en todo lo que abarca ese verde...
Me acaban de recordar que ya ha pasado un mes desde que vi por última vez ese verde. Me sorprendo a mí misma por como me he acostumbrado a este entorno, como me queda tan lejos aquella tarde recortando fotos con las amigas y la despedida de mi padres en el aeropuerto, como me parece que ésto ya sea lo de toda la vida. Trenes, cerveza, gente de otras nacionalidades. Quién me lo iba a decir...
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